Desde el
Sistema de Universidades Estatales, compuesto por las dieciocho universidades
públicas distribuidas a lo largo del país, se asume una misión fundamental:
promover los valores de democracia, equidad, inclusión, libertad y justicia a
través de sus funciones clave de docencia, investigación y vinculación con el
medio.
Estas
instituciones también tienen el deber de contribuir al desarrollo nacional
mediante la formación de profesionales con un profundo sentido social,
comprometidos con el bienestar y la transformación de la sociedad. Además, a
través de investigaciones relevantes que abordan los desafíos y necesidades de
la comunidad, las universidades buscan generar cambios positivos en los ámbitos
social, político y económico, tanto a nivel global, nacional como local.
La Ley 21094,
que regula las Universidades del Estado, establece una relación preferente con
el ámbito territorial de acuerdo con sus estatutos y funciones misionales
(artículo 1). Asimismo, otorga a las universidades estatales un rasgo
distintivo en su misión: colaborar con el Estado para satisfacer las
necesidades e intereses de la comunidad, contribuyendo al desarrollo integral
del territorio. Esto implica que las universidades deben asumir las
particularidades de cada región y acercar tempranamente a los estudiantes a la
realidad territorial durante su formación profesional (artículo 4).
El Estado,
por su parte, tiene la responsabilidad de promover una visión y acción
sistémica y coordinada entre las instituciones de educación superior. El
objetivo es facilitar la colaboración continua de estas instituciones en el
diseño e implementación de políticas públicas y proyectos de interés general,
atendiendo los requerimientos del país y sus regiones con una perspectiva
estratégica y a largo plazo (artículo 9).
Como parte de
su rol público, las universidades estatales deben tener un fuerte compromiso
con las comunidades y los territorios donde están insertas. La misión
universitaria incluye la generación de conocimiento en diversos espacios: el
aula, la comuna, la región, y en colaboración con organizaciones públicas,
privadas y comunitarias. Este conocimiento, que se produce a través de la
investigación, docencia y extensión, debe orientarse a abordar los temas y
problemas relevantes para el entorno. De esta manera, se generan bienes
públicos que promueven el bienestar y la calidad de vida en las comunidades del
territorio, trabajando siempre desde, con y para los territorios y sus
organizaciones.
En línea con
este mandato legal, la Red de Vinculación con el Medio (VcM) del CUECH, a través
del Proyecto en Red: “Universidades Estatales comprometidas con el Territorio”,
busca fortalecer el valor público de las universidades estatales para
contribuir a la mejora de la calidad de vida en los territorios. Esto se
logrará mediante nuevas formas de vinculación con el Ecosistema Público Regional,
que incluyen gobiernos regionales y locales, servicios públicos y
organizaciones de la sociedad civil. Como parte de las estrategias concretas,
se ha propuesto diseñar e implementar un Modelo Conceptual de Relacionamiento
con el Ecosistema Público Regional, con el objetivo de facilitar relaciones
colaborativas, productivas y sostenibles entre las universidades estatales y
los ecosistemas públicos de sus respectivas regiones. Este modelo busca
contribuir al fortalecimiento de la democracia y al desarrollo sustentable e
integral del país.
El Modelo
Conceptual aprovecha las capacidades de cada territorio, promoviendo la
integración entre el mundo académico y el entorno público regional. De este
modo, se fortalece tanto a las universidades como al ecosistema público a
través de una relación bidireccional. Además, el modelo ofrece orientaciones a
las universidades estatales para facilitar su vinculación con el ecosistema
público regional. Aunque la vinculación con organizaciones públicas, privadas y
civiles ha sido tradicional en la Vinculación con el Medio, los modelos
centrados exclusivamente en el ecosistema público son escasos. Por ello, este
modelo no es absoluto, sino que orienta a las universidades en su relación con
el ecosistema público para establecer una interacción permanente y bidireccional.
El modelo se
basa en el trabajo que ya están realizando las universidades en materia de
Vinculación con el Medio, proponiendo mecanismos como Consejos, mesas de
trabajo conjunto, agendas comunes, entre otros. Estos mecanismos buscan crear
sinergias que fortalezcan las relaciones a nivel interinstitucional o entre
partes específicas de las organizaciones. El enfoque es colaborativo y
transdisciplinario, atendiendo a las complejidades del entorno, para que las
universidades contribuyan efectivamente al desarrollo territorial mediante
diagnósticos que identifiquen las particularidades socio-territoriales,
asegurando que sus acciones sean pertinentes y de calidad.
Los
mecanismos de vinculación también deben fomentar la investigación, innovación,
desarrollo de competencias, transferencia tecnológica, creación de
infraestructura social y productiva, entre otros aspectos, que generen bienes
públicos y sociales. Estos bienes no solo abordan las necesidades del
territorio, sino que también mejoran la gestión de los servicios públicos
regionales. Esta vinculación entre las universidades estatales y el ecosistema
público es un compromiso del CUECH para contribuir al desarrollo de las
regiones del país, respetando las particularidades de cada territorio.
El Modelo
llega en un momento clave para la gobernanza regional, con la descentralización
administrativa y la creación de las Gobernaciones Regionales. Las universidades
estatales pueden apoyar este proceso a través del desarrollo de capacidades en
los funcionarios, la minería de datos para la toma de decisiones y el apoyo
técnico a municipios en la elaboración de carteras de proyectos. Estas
acciones, además de contribuir al bienestar de los habitantes, fortalecen la
gobernanza regional.
Entre los
resultados esperados de esta vinculación se incluyen: investigación aplicada,
proyectos de inversión y desarrollo económico, innovación y competitividad,
empleabilidad y desarrollo de capital humano, infraestructura social y
desarrollo comunitario, entre otros. Para las universidades, el modelo ofrece
beneficios como el fortalecimiento de líneas de investigación, oportunidades de
financiamiento, prácticas profesionales, aprendizaje en servicio, voluntariado
estudiantil, y retroalimentación de las mallas curriculares.
Finalmente, este Modelo y sus estrategias se adaptarán a los contextos particulares de cada región, considerando las características de sus ecosistemas públicos y territoriales.
Hernán Castro Monardes
Coordinador de Vinculación con el medio
Universidad de O’Higgins